
CARMELo OJUEL
Bombero

Nombre: Carmelo Ojuel
Años de bombero: 25 años
En activo
¿Por qué se hizo bombero?
Bueno, es algo que tienes siempre en el subconsciente, y cuando te llega el momento en la vida, por determinadas circunstancias, por el trabajo, por lo que sea…en mi caso estaba quemado por otro trabajo, en su día ya me había sacado el carné de camión... y justo salió la convocatoria, en un mes hice los exámenes. Tuve mucha suerte porque estudié y a la primera, conseguí entrar.
¿Cuántos años lleva como bombero?
Llevo veinticinco años, pero en Pamplona llevo treinta y uno.
¿Un recuerdo que le haya marcado en su etapa profesional?
Una vez, estando fuera trabajando, fue justo al lado de mi casa. Un bebé se había atragantado, y le sacamos muerto. Sí, es un recuerdo que no se irá nunca.
¿Alguna situación en la que haya sentido mucho peligro?
Se suele dar en bastantes ocasiones en los incendios, porque no ves. Entonces, una vez que se va el humo, ves por dónde has andado y el riesgo que has asumido sin darte cuenta. Sobre todo en industrias. Ahí, los fuegos son altamente peligrosos. En esos momentos te preguntas "¿hasta qué punto me merece la pena?¿me pagan lo suficiente para jugármela así?" Es una profesión muy peligrosa y muy sacrificada.
El día a día de un bombero es mucho que las intervenciones, ¿cómo es realmente?
Básicamente tenemos un programa diario y semanal, y se solapa con las intervenciones. A la mañana revisamos todos los vehículos, el material, comprobar si se repone o si hay que arreglar alguna pieza, o bien reponer combustible,...es muy importante hacer un buen examen de todo, porque en una salida, un fallo puede ser de vida o muerte. Luego tenemos una práctica por la mañana y después la comida, que se encarga por rotación. a cada uno le toca un día diferente. Por la tarde solemos hacer alguna revisión más. Por supuesto esta jornada diaria, como he dicho antes, se solapa con intervenciones.
Pasáis mucho tiempo aquí, ¿cómo es la convivencia?
La convivencia es vital. Es casi más importante las relaciones humanas que el propio trabajo, porque al final son muchas horas, y muchos años. En general, en un 99’9% de las veces la relación es muy buena, y más o menos se establecen unas normas de convivencia. Claro está, siempre hay algún pequeño conflicto pero bueno, eso se soluciona. Estamos cuatro turnos, es decir, trabajas un día y tres de fiesta. Entonces, hay un turno con el que no te ves nunca, el opuesto. En mi caso serían los que trabajan el miércoles, a esos nunca los vemos. En alguna ocasión, cuando ha habido un conflicto entre dos personas se les ha puesto en turnos distintos y ya está.
Vamos, eso es lo propio de la convivencia, ¿no?
Sí, lo excepcional es que, yo creo que en cualquier otro tipo de trabajo habría más conflictos y aquí es muy, muy, excepcional.
Y que vivís 24 horas juntos…
Sí, la capacidad de adaptación de cada uno, más o menos… Conoces al personal y te parece que uno tiene una pedrada pero al final te das cuenta de que todos tenemos una pedrada, que cada uno es de una manera. Entonces eso es enriquecedor porque ves que nadie es perfecto, y que te vas acoplando. Incluso cuando cambias de gente, que viene nueva, es como un laboratorio, que poco a poco se va encajando un puzzle, que van encajando poco a poco las piezas y al cabo de un año o dos años, cada uno ya sabe las manías que tiene uno mismo, y el otro…
Nos han dicho que hoy habéis salido por la mañana...
Sí, esta mañana hemos salido a las 9, o así. Una chimenea en Olagüe. No era gran cosa. Esta tarde nos han llamado, pero después ya estaba abierta…la papelera… La ambulancia sí, la ambulancia hoy no ha parado. Llevan 5 salidas ya.